Hoy es 3 de diciembre de 2014, hoy se cumplen 25 años del trágico accidente de uno de los mas grandes jugadores que ha pisado una cancha de baloncesto, un jugador, que junto con Audie Norris, nos levantaba del asiento y nos llevaba a otro mundo, al de la épica.

La verdad es que hemos querido hacer un pequeño, un discreto homenaje a un jugador especial, Fernando Martín Espina, fue sin duda, un pionero, un jugador especial, un jugador diferente, y uno de esos jugadores que hace que uno se enamore de este maravilloso deporte.

Lo cierto es que hemos querido hacer algo distinto, algo diferente, y es por ello, que hemos querido preguntar a un seguidor del Barça y a otro del Madrid, lo que significaba para ellos Fernando Martín.

Yo, os he dejado mi opinión, en este pequeño vídeo, son solo 6 min, y os recomiendo que lo veáis antes de seguir leyendo lo que Cristóbal y Víctor nos quieren contar, asi que no me enrollo mas, os dejo con el vídeo y sobretodo, con lo importante, los dos textos, cortos…pero intensos de dos personas a las que entusiasma el baloncesto.

Que fue Fernando Martín para Cristóbal Molina, lector habitual de nuestra web, barcelonista y enamorado del baloncesto:

Ahí estaban todas, no faltaba ni una, todas las estrellas de la NBA decorando el techo de mi habitación; Magic, Jordan,Bird,  Kareem,  Ewing,Olajuwon…todas ellas en el lugar más alto ,dónde solo podía subir con la ayuda de una escalera .
En las paredes colgaban imágenes de menor calidad que las anteriores de aquel Barca que me enamoró, Epi, Solozábal, Jiménez, Norris, Trumbo, Sibilio…
Un rincón no muy grande lo tenía reservado para jugadores que sin ser blaugranas merecían ocupar un hueco de mi habitación, entre ellos  Fernando Martín. Vestido de blanco, con los brazos detrás de la espalda, sacando pecho, luciendo el 10 como nadie más lo volvió a hacer.

¿Por qué un jugador del Real Madrid en la pared de un aficionado del Barca?…la respuesta es simple, solo él había estado allí arriba, en lo más alto, en el techo, dónde brillan las estrellas!.
Era un jugador especial, una rara Avís de nuestro baloncesto, un pívot de 206cm,con un físico privilegiado, fuerte, rápido, un ganador, competitivo, capaz de plantar cara a cualquiera y no arrugarse ante nadie, una estrella descolgada en la pared de mi habitación.
Después de alcanzar el cielo por primera vez, volvió para escribir junto a Audie Norris unas de las líneas más Bellas y Bestias de nuestro deporte.
Los clásicos cobrarían una dimensión especial, ya no solo era la rivalidad de dos clubes de baloncesto, aquéllos partidos tenían nombres y apellidos, Fernando Martín y Audie  Norris.
Todo está escrito de aquellos duelos, derroches de fuerza, energía, dureza, carácter, competitividad, pero sobre todo nobleza.
Fernando Martín se fue como vivió, a toda velocidad, con prisas por llegar a su destino…jugar por segunda vez cerca de las estrellas.

Que fue Fernando Martín, la visión de Víctor Marcos, colaborador de www.pivotworld9.com y enamorado del baloncesto

“Fernando no es tuyo, pero tampoco es mío, nos pertenece a ambos, porque tu podrás disfrutarlo ahí arriba con tus ojos de miel y sensibilidad, pero nosotros lo gozamos aquí en el terreno de lo tangible cada semana, y lo vemos a través del espejo de nuestros sueños, detrás de cada lucha por cada balón, enfundados todos en esa camiseta que después de ti ya no huele igual.

Cada segundo q no nos perteneces es un aguijón en las espumosas nieblas que adornan nuestro orgullo, orgullo de pertenecer y palpar aquello por lo que nos hiciste creer, sentir, amar y respetar. Porque las espesas brumas de la ambición se envuelven con el pesado manto de la envidia, pero tú, y solo tú fuiste capaz de hacer que millones de corazones distintos, rojos, alados, incorpóreos, humildes y sin fronteras, te vieran y sintieran como algo suyo, mío, nuestro.
Quien no se levantó de las levitaciones nocturnas para encender una esperanza, el anhelo de verte ser el primero, el único. Tu allí, rodeado de las musas de Warhol  y los anillos del Hall of Fame.
Frotarse los ojos y sentir que las lágrimas en las que envolveríamos desde entonces nuestras pupilas estarían manchadas de la tristeza del pudo ser y la alegría del porvenir. Porque ya para siempre serias mío, suyo, nuestro.
El regreso siempre trajo la carga semántica del olvido, que es el fracaso del intelecto, pero tu supiste enlazar los últimos versos lanzados al mar de las estrellas con la prosa de trinchera y sacrificio.”
No puedo escribir ni una sola palabra de tu adiós, porque dime la verdad Fernando, no te has ido, es cierto? Al menos yo cada vez que voy al Palacio te veo allí sentado, concentrado, sereno, serio y altivo, vestido de inmaculada ambición y mirada amenazadora. Eres tú, verdad Fernando? Siempre te saludo pero jamás contestas. Es lógico, porque eres mío, pero también eres suyo. Muchas gracias por hacerte nuestro,

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Articulo realizado en colaboración entre Víctor Marcos, Cristóbal Molina y un servidor Jordi Perramon, y con el que hemos querido dar un pequeño homenaje a uno de los mas grandes de nuestro baloncesto, GRACIAS FERNANDO por lo que nos hiciste disfrutar, MIL GRACIAS.